P.-¿Cómo nace la idea de una novela futurista como Ander?
R.- Las fuentes de inspiración, para mí, son múltiples.
Como escritor, busco ideas en cuanto me rodea: vivencias, televisión, cine,
noticias, revistas, cómics y, en este caso, surgió mientras leía un libro de
ciencia ficción, Dune. Soy un lector lento porque, para mí, los libros son
ventanas que me llevan a evocar e imaginar otras realidades, y a cada página
que leo, dejo escapar mi imaginación. La idea de Andersurgió con una
pregunta que me hice a mí mismo: ¿Y si se descubriera un planeta de condiciones
extremas, pero habitable para el ser humano, y allí se adiestrara un ejército
invencible? Así, cree un relato en el que, siguiendo la ley de la selección
natural, en ese planeta, se forja a soldados que compiten entre ellos para sobrevivir.
P.-¿Una historia así puede resultar demasiado lejana e
irreal para un lector?
R.-Mi objetivo con el libro no ha sido contar una historia
grandilocuente, ni una compleja trama política. Lo que pretendía era contar la
historia de unas pocas personas, reales, de carne y hueso, a quienes el destino
coloca en una situación límite. Son héroes involuntarios, son personas a
quienes condenan a matar para sobrevivir. En esta novela he buscado perfilar
personajes cercanos, realistas, que, pese a ser adiestrados para asesinar como
máquinas, no dejan nunca de ser humanos. Y, como cualquier humano, se plantean
rebelarse contra un sistema opresivo.
P.-¿Puede haber paralelismos entre este relato
futurista y la actualidad?
R.-Sí, a menudo los escritores nos alejamos de la realidad
para poder retratarla fielmente sin tapujos. En este caso me he ido muy lejos
para hablar de algo mucho más crudo, cruel y terrible que la ciencia ficción,
porque es realidad. En cierto modo, para esta historia me inspiré en los niños
soldado de Sierra Leona, a quienes, siendo muy pequeños les daban un arma y,
drogados, les obligaban a matar a su propia familia, a violar a mujeres inocentes
y los reclutaban para sus fines. Sin embargo, en mi historia, como en la
realidad, por descorazonadora que sea la situación, queda un camino para la
esperanza, pues, por ejemplo, algunos de estos muchachos de Sierra Leona fueron
rescatados y reintegrados en la sociedad, arrepentidos de unos crímenes de los
que no eran culpables, no les dieron más opción que matar o morir. Igualmente,
los protagonistas deAnder conservan su humanidad y tienen fe en un futuro
sin asesinatos.
P.-¿Cuáles son los atractivos que ofrece el libro?
R.-Se trata de un libro con un estilo de narración directo
y un vocabulario sencillo y ágil, con breves descripciones que invitan al
lector a imaginar nuevos mundos y que, sobre todo, se vuelca en la acción. Es
decir, en esta historia la forma está al servicio de la historia, el lenguaje
pretende ser muy visual y no entorpecer la lectura. Es un libro pensado para
disfrutar, para lectores que ven en la literatura, sobre todo, un componente
lúdico y de evasión. No obstante, a través de las situaciones que planteo,
también invito al lector a una serie de reflexiones sobre la naturaleza humana
y lo desafío a que se pregunte qué haría él en dilemas semejantes.
P.-¿A qué público va dirigida la novela?
R.-Yo, aunque suene a tópico, escribo para mí mismo. Este
es un libro que me hubiera gustado descubrir, por el que me hubiese dejado
atrapar. Por la temática y por el vocabulario, es una obra apta tanto para
adolescentes como para lectores adultos, una historia cercana a los cómics de
ciencia ficción y aventuras, de los que soy un gran lector. Debido a mi
profesión tengo contacto directo con los adolescentes y muchos me han dicho que
han disfrutado de su lectura. Sin embargo, cabe precisar que no se trata del
libro que a los padres les gustaría que leyeran sus hijos, sino del libro que
le gustaría leer a sus hijos. Quiero decir que no hay nada edulcorado, es un
libro violento, y tampoco aparece ningún tipo de moralina. No pretendo
aleccionar a nadie, sino favorecer la lectura por placer mientras invito al
lector a que saque sus propias conclusiones o lecturas. De cualquier manera, no
es un libro pensado para adolescentes, sino para cualquier lector que tenga
capacidad de soñar, y, de hecho, me ha sorprendido cómo lectores que jamás
habían leído nada de ciencia ficción porque es un género que, a priori, les
causaba rechazo, me han felicitado por cómo les ha atrapado esta obra.