P.- ¿Cómo
surge la idea de escribir Capullo,
quiero un hijo tuyo?
R.- La idea de la obra nace de
combinar dos situaciones que vivo a mi alrededor. Al pasar la treintena, hay
cierta polarización de mis amistades entre las personas que quieren formar una
familia y las que quieren prolongar la adolescencia y vivir con pocas responsabilidades.
Entre las primeras, llaman mi atención algunas parejas de mujeres que están
llevando a cabo costosos procedimientos para quedarse embarazadas, y veo el
drama que supone no llegar a conseguirlo. Entonces se me empieza a ocurrir que
sería interesante acercar esos dos mundos y desarrollo la trama en la que las
dos mujeres se lanzan a la caza del donjuán como último recurso desesperado
para ser madres.
P.- Capullo,
quiero un hijo tuyo se estrenó en 2016 en Sala Cero (Sevilla) y desde
entonces se mantiene en cartelera con éxito y risas. ¿Cuál ha sido la clave?
R.- Por
los comentarios que deja el público en Atrápalo, parece que llama la atención
positivamente el hecho de que sea una comedia con un trasfondo humano muy
actual. Al público le gusta ver a personajes cercanos a las personas con las
que convive. Muchas personas dicen que se sienten identificadas con varios de
los personajes. Además, y esto es fundamental para sostener la comedia, el
elenco hace un trabajo extraordinario.
P.-¿Se
ha reescrito mucho la obra, con la respuesta del público, antes de llegar a ser
libro?
R.- La
trama principal no ha cambiado nada, pero sí que se han incorporado bastantes
réplicas que han nacido en el escenario, de improvisaciones o incluso de
errores de alguno de los actores o las actrices. Con cada representación el
texto se enriquece.
P.-¿Cómo
reacciona la gente ante las dos mujeres que quieren ser madres y acaban
buscando un macho de ocasión que las preñe? ¿Ves empatía en el espectador?
R.- Sí, la gente se identifica
mucho, porque, aunque es una comedia, he tratado de que no se fuercen las
situaciones, y eso genera un clima de cotidianidad que acerca mucho la historia
al público.
P.-Las
ideas cambian más rápido que nunca; la visión social del feminismo, la
homosexualidad, las parejas abiertas, la procreación, el papel del varón, no
tiene casi nada que ver con la de hace 20 años. ¿Cómo lucha el autor con esos
cambios?
R.- Los abrazo con ilusión. Me
encanta ver cómo el feminismo gana cada vez más fuerza, y celebro que las
diferentes formas de amarnos tengan cada vez más aceptación. En cuanto a mi
aportación a esa lucha, quiero pensar que los relatos contribuyen a esa
normalización, pero la parte más importante está sin duda en la calle.
P.-¿Qué
evolución ves en ti como autor desde que te lanzaste a esta profesión?
R.- He aprendido mucho a nivel
técnico y formal, y ahora siento que tengo más recursos y me permito
experimentar con fórmulas menos convencionales. En cuanto a la temática, trato
de mirarme menos el ombligo y escuchar lo que sucede a mi alrededor para
escribir sobre asuntos más universales.
P.-¿Cómo
es la puesta en escena de Capullo,
quiero un hijo tuyo ¿La has imaginado diferente cara a salas
comerciales?
R.- La
puesta en escena de la obra es la mejor que podemos tener con un presupuesto
tan limitado. Hacer teatro en el off requiere de mucha creatividad para lidiar
con la austeridad. Para salas comerciales de más envergadura le vendría bien
una nueva producción que permitiera renovar sobre todo la escenografía y el
vestuario, que sufren mucho con tantas funciones.
Todo sobre el libro en http://www.edicionesirreverentes.com/teatro/capullo-quiero-un-hijo-tuyo.html