14.11.17

La soledad absoluta, según José Manuel Fernández Argüelles


Ediciones Irreverentes ha publicado la obra de José Manuel Fernández Argüelles Soledad absoluta un libro compuesto por cuatro relatos largos, o novelas breves, muy diferentes entre sí, pero que guardan un punto en común: el llamado mal del siglo XXI, la soledad. El aislamiento personal tratado desde diferentes ángulos y con disparejas historias, quizá todas ellas tan inverosímiles como los propios sueños que provoca el abandono. La extraordinaria sensibilidad del autor, José Manuel Fernández Argüelles, su capacidad introspectiva, de profundizar en los sentimientos, tan valorada en su larga carrera literaria, alcanza aquí su máxima expresión.

P.- ¿Tu libro parte de la idea de que la principal enfermedad de nuestra época es la Soledad?
 R- La soledad es un mal que acompaña al hombre desde sus orígenes. Lo combatimos desde el principio de los tiempos. Somos seres amigables, animales de compañía mutua. Pero la soledad es un daño de fácil remedio, solo con una “pastilla” diaria de amistad solucionamos el problema. Que sea el mal de nuestra época quizá se deba a que el “fármaco” que ahora hemos descubierto es la amistad distante y falsa de las nuevas tecnologías. 

P.- ¿Cómo planteas la soledad física? ¿El modo No Future?
R.- La ausencia de futuro es la muerte, esa sí es la soledad absoluta, al menos para los que no somos creyentes; a los que sí lo son, les deseo la mayor de las suerte es sus predicciones mágicas. Mientras tanto, aprovechemos la buena compañía.         
            La soledad física que planteo en uno de mis relatos de “Soledad absoluta”, deriva en la soledad psíquica de forma inevitable; las consecuencias no pueden ser buenas. Necesitamos el contacto, la conversación, la piel del semejante. 

P.- Una soledad que cada día se da más es la psicológica, la de los trastornos psicológicos que impiden una normal relación con los demás
R.- La soledad se retroalimenta. Te aíslas por no saber relacionarte y pierdes cada vez más tu capacidad de relación con los otros. Y esa medicina, que son los demás, cada vez la rehúyes con mayor miedo. Decir que la solución está en tu mano es demasiado fácil. Decir que el remedio está al otro lado de tu puerta, en la calle, es fácil. Sí, a veces, se necesita ayuda.  

P.- La tercera de estas novelas breves está relacionada con la venganza y nos hace recordar tu novela Entre animales. Subyacen en tu obra esos personajes que odian a los demás y que lo que más desean es vengarse
R.- En cambio es un defecto que yo no padezco. La venganza es una anomalía de la psique, es el remedio del cobarde; cuando ocurre en mis historias siempre el protagonista es un desgraciado. En la narración a la que te refieres, “La estrategia del mar”, el vengativo es un apocado que rumia su inquina dentro de su pequeño cerebro hasta hundirse en la soledad y la amargura; nada bueno le espera. 

P.-Avisas de un peligro que parece tan peligroso como la solead absoluta; la pertenencia a un grupo, en este caso una secta. ¿Te da miedo el peligro de integrarse en un grupo en donde no eres por ti mismo, sino sólo eres como una parte de un todo?
R.- Todo grupo social puede ser bueno para el individuo, excepto cuando te manipulan, cuando no puedes participar con tu voluntad y tomar decisiones propias, ya sean para ti mismo o aportándolas al conjunto. En el relato que cierra “Soledad absoluta”, titulado “Ceirno”, el grupo donde está inmerso el personaje absorbe al individuo, no lo hace crecer como persona, más al contrario, lo anula: eso son las sectas.

P.- En tu obra narrativa es común encontrar un protagonista sólo contra un entorno hostil. ¿Metáfora de la realidad?
R.- Quizá más bien transposición de uno de mis muchos defectos. El mundo es tan hostil como tú lo veas y te comportes ante él. Deseo la solidaridad y el buen convivir, y sé que esto es posible y abundante, pero temo tanto el egoísmo y la lucha contra los demás que me hace concebir pesadillas, las cuales después llevo a mis historias.

P.-Tú eres asturiano, de la Asturias interior. ¿Se podrían enmarcar tus personajes en sociedades de interior, cerradas?
R.- Los valles del interior de Asturias siempre fomentaron el aislamiento de los grupos de población pequeños, lo que no es bueno. Esto es indudable que me ha construido a mí y que forma parte de mi imaginario. 

P.-En tu obra el hombre es casi siempre enemigo. ¿Los hechos te dan la razón?
R.- Lo cierto es que no tenemos otro enemigo que nosotros mismos, somos nuestros propios depredadores. Lo curioso es que (salvo el perro) no contamos con ningún otro amigo que nosotros mismos, nuestros semejantes. 

P.-El lector podría coger estas 4 novelas y hacer con ellas una nueva obra mezclando las historias. ¿Tienen puntos en común?
R.- Su punto en común es el trastorno que produce la soledad, ya sea física, mental o inducida por uno mismo debido al miedo a los demás. La solución a esto es tan sencilla como se indica en la última historia. Las cuatro narraciones podrían ser cuatro capítulos de una misma novela con cuatro vidas paralelas y un mismo problema, aunque por diversos motivos.

Información sobre el libro en la web de Ediciones Irreverentes