Aldous Huxley iluminó
a la humanidad en 1932 al mostrarnos cómo serían las dictaduras del futuro en
su novela Un mundo feliz, un libro que aún hoy resulta visionario y
que ha influido en la literatura, el cine, la música y la filosofía. Sus
predicciones del uso de drogas para manejar a las masas, la eliminación de la
individualidad desde la infancia, la creación de "estados de trance"
para instalar doctrinas, la reproducción asistida, el sexo como
entretenimiento, los altavoces ubicuos y los sucedáneos de pasiones, son el
mejor retrato de nuestro tiempo. Posteriormente publicó Nueva visita a un
mundo feliz, aparecido en 1958, una recopilación de ensayos sobre los temas
desarrollados en la novela que ahondan con eficacia en lo anunciado.
En Ediciones Irreverentes surgió la
duda de cómo sería el mundo feliz que se podría intuir décadas después. A esa
pregunta responden con sus relatos en Regreso a un mundo feliz Miguel Ángel de Rus, Elena Marqués, Félix Díaz, Teresa
Galeote, Francisco Javier Illán Vivas, Olga Mínguez Pastor, Belén Rodríguez
Quintero, José Luis Caramés Lage, Francisco Legaz, Francisco José Segovia
Ramos, Nelson Verástegui y Pedro Amorós, quien además es autor del
prólogo, en el que se afirma "Las advertencias de Huxley no se cierran con
la cuestión de la energía nuclear. La imagen del totalitarismo avanzando con
frenesí es recurrente en el pensamiento de Huxley. Los estados emplean todos
los métodos a su alcance para lograr el objetivo que planean: la servidumbre.
(…) La tragedia radica en nuestra incapacidad para frenar a las organizaciones
comerciales y políticas que, implantando sofisticadas técnicas de manipulación
y favoreciendo los intereses de una minoría, controlan las ideas y los sentimientos
de las masas".
Partiendo de estas
premisas, este grupo de autores elucubra sobre las modernas formas de
manipulación, de reescritura de la historia, de entretenimiento generalizado de
que no haya tiempo para pensar, lo cual, vista la sociedad actual, han logrado
con éxito.
Podrán ser llamados
conspiranoicos, obsesionados por el Club Bilderberg o los Illuminati, por
aquellos cuya mente ya ha sido absorbida por el mundo feliz, pero en estos
relatos nos avisan de nuestra esclavitud. Puedes engancharte a tu nuevo iPhone
y escuchar a tu estrella pop yanqui preferida, o leer y meditar. Tu postura
estará marcada por tu condición de alfa, beta, gamma, delta o épsilon.
Toda la información en http://www.edicionesirreverentes.com/2099/regreso_mundo_feliz.htm